La primera visita al dentista debe ser agradable y positiva, y para ello es de vital importancia la colaboración parental empezando desde casa. Es importante que los mayores eviten palabras como “aguja”, “taladro”, “sacar”, “dolor” delante de los niños. Se deben buscar sinónimos que den el mismo mensaje pero que suenen placenteros, y así se evitará la conocida ansiedad o fobia al dentista.

Además, insistimos en que lo ideal es que acudan a su primera visita sin tener ningún problema o dolor, pues el objetivo de la primera visita es hacer que el niño se sienta a gusto y ganarnos su confianza. 

Una vez en la clínica, siempre invitamos a que los padres entren y se queden dentro del gabinete durante su exploración inicial, pero en sus futuras visitas, sugeriremos que nos dejéis que nuestro staff sea el que les acompañe.

La Dra. Diez hablará con ellos, dándoles tiempo a que se expresen y nos cuenten cuales son sus hábitos de limpieza, sus meriendas, el chupete, el dedo… siempre buscando la participación risueña de los más pequeños, y que a su vez, los padres estén presentes para que luego en casa sepan como fomentar el cuidado bucal diario de sus hijos (iniciando las rutinas desde el nacimiento), el tipo de dieta conveniente para evitar caries (buscar las meriendas mas saludables), entender la importancia de acudir a  las revisiones personalizadas, pastas de dientes, fluorizaciones…

Llegó el momento de revisarle los dientes, las encías, frenillos, amígdalas, y todo lo necesario para entender su evolución y detectar desarrollos o hábitos perjudiciales como: deglución atípica, succión de pulgar, desviaciones mandibulares, respiración bucal… con la intención de corregirlos precozmente con la ayuda de nuestra ORTODONCISTA. Por este motivo insistimos en la importancia de las revisiones anuales conjuntas; visitar cada año a nuestros especialistas ayudará a solucionar los problemas que vayan apareciendo.